miércoles, 10 de noviembre de 2010

Una buena y bonita opinión de Acuarela

La acuarela, según Eduardo Berenguer


La acuarela a veces aparece como un mundo cerrado en su delicada y etérea belleza.
Mundo de Agua, ruta del agua, donde los colores fluyen como sutiles vías cromáticas por la superficie del papel como una corriente con sus meandros, remolinos tumultuosos, remansos de paz.. .donde la vibración del pincel refleja, como si del remo del artista se tratase, la pericia, la firmeza y la seguridad del marinero, en este caso, del pintor...
Por eso, es una pintura para valientes, pero para valientes que tienen que estar llenos de sensibilidad, que tienen que mostrar la ternura de sus sentimientos y la profundidad de sus sueños y oscuros deseos, bajo la a veces, aparente serenidad de una soleada tarde pintada.
Porque la acuarela no permite engaños. No nos deja, sencillamente arreglar, contaminar su superficie, y obliga, para ser auténticos, a ser honestos con nosotros mismos, pues el trazo, la pericia del uso del agua y el color nos delatarán inmediatamente y dirán si la trayectoria de nuestro conocimiento y experiencia creativa va por buen rumbo.
Eso es lo que la hace tan fascinante. Nos obliga, si, pero también nos ¡lena de satisfacciones, de gozos sencillos en ese juego del agua, los colores y el pincel, en el que somos uno más, llevando adelante los trazos de agua de nuestros pequeños tesoros personales, las pinturas que van saliendo de nuestra mano que son, de alguna manera, la radiografía de nuestra alma creativa.
Eduardo Berenguer

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